Y dijo la paloma:
Soy la promesa alada... 
 Soy el lirio del viento... 
 yo soy la mensajera 
 de los tristes y ardientes soñadores... 
 ¡Soy feliz! Porque es mia la floresta 
 donde el misterio de los aires se halla; 
 porque el alba es mi fiesta 
 y el amor mi ejercicio y batalla... 
 ¡ porque no hay rosa que no me ame, 
 ni pájaro gentil que no me escuche, 
 ni garrido cantor que no me llame! 
 -¡Si?- dijo entonces un gavilán infame, 
 y con furor se la metió en el buche... 
 
 Azul. Rubén Darío