me acordé

extraño mis andares por las viejas y conocidas calles, lugares donde la gente se arremolina para pasar, todos enojados y presurosos por una vida apretada, donde no muchos ven al hombre haciendo música con una hoja de árbol, la plaza donde los juglares incitan a la prole en contra de sus obesos gobernantes,
edificios adornados con estatuas a nivel de piso, que retornan a la vida cuando arrojas un aliciente, las fachadas llenas de años, inclinadas para que las observes mejor y no muchos se dan cuenta; si, extraño esos andares
hoy no podré caminar por ahí, esta bien, siempre queda el mañana, y esta vez, buscaré cosas que no he visto...

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