de hojuelas y recuerdos

solo como casi siempre, postrado ante un escribano que obedece al pie de la letra mis mandatos, dicto sentencia a mi día ahora terminado. Tan lleno de ojos, oídos, labios, palabras, emociones, añoranzas, distancias que se acortan y amistades que se alargan…
digo ahora; mi camino es agradable a mis ojos, agradable a los ojos de otros mas, apetecible para unos cuantos, y por demás odiosos para no sé quien mas; es decir, una vida como tantas otras, vida que sin embargo me pertenece, y que la quiero tanto como tu quieres la tuya.
nunca haremos daño a quienes queremos. – ¿o si? –

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