ayer te soñé; tenerte cerca, tus dedos recorrían cada centímetro de mi piel, estremeciendo mis sentidos por la búsqueda del pecado llamado deseo... desperté sudoroso y agitado, la puerta llamaba, es muy tarde para que alguien llegue; ¿De quien se trata? estos sueños hacen que se me nublen los sentidos, el reloj apenas rebasa las once de la noche el viento esta presente y la lluvia no tarda a encontrarse con el, se acercan como gigantes que son, sus abrazos se escuchan en el cielo y comienza la danza húmeda como de vientre, rumorosa y excitante, sus aromas inundan la ciudad contagiando sus vehementes deseos de poseerse a todo ser que se atreva a caminar y escuchar bajo el crujir de sus deseos, abstenerse de escucharlos al poseerse es como desear la muerte. el toque en la puerta suena con mas insistencia, la lluvia arrecia, viento se vuelve eufórico y la toma sin miramientos juntos exclaman su incontrolable entrega, la ciudad es testigo de su unión y acompasados gemidos, el deseo escurre...